sábado, 9 de agosto de 2014

Sabado clasico: EL HOMBRE LEOPARDO de Jacques Tourneur.


EL HOMBRE LEOPARDO de Jacques Tourneur.
1943, Thriller. P: 9/10.

Director: Jacques Tourneur.
Versión libre de la novela “Coartada negra” de Cornel Woolrich.

Fotografia: Robert Grasse.

Musica: Roy Webb.

Intérpretes: Dennis O’Keefe, Jean Brooks (Kiki), Margo (Clo-Clo), Isabel Jewell (Echadora de Cartas), James Bell (Dr. Galbraith), Abner Biberman (Charlie).

Sinopsis: Una cantante de un club de Nuevo México aparece en escena con un leopardo que se escapa.  Poco más tarde aparece muerta una joven del lugar atacada por el animal cuando, en la noche, fue a compara harina. Se organizan batidas para encontrar y cazar al animal huido de forma infructuosa. Pronto aparecerán mas muertas….

Comentario: Tourneur toco todos los géneros, paso del cine negro  al de aventuras, del oeste al fantástico, toco la comedia….es decir todos los palos y con resultados brillantes, realizando pequeñas joyas que perviven en nuestras retinas. Así es el autor, por centrarnos en lo que nos interesa,  de “La mujer pantera-1942, Yo camine con un zombi-1943, La noche del demonio-1957,  La comedia de los terrores-1963”.

Esta es una película a caballo del cine negro y el terror. En su forma y expresión es terror, en su contenido es cine negro y en ambas por su conexión palpable del asesino en serie. Es la primera vez que aparece en el cine un serial killer que tanto juego dará con posterioridad.

Lo más flojo, desgraciadamente, es el guion, un tanto endeble para una historia policiaca y de investigación con personajes planos y poco aprovechados, centrado la mirada en el grupo de cantantes del club y no en el real asesino y mejor personaje, con más enjundia y valor a nuestros ojos.

Lo sensacional es la forma narrativa en una fotografía  esplendorosa y poética  en un blanco y negro sensacional que recoge los recovecos del miedo y el grito final de las víctimas. Son esas escenas de terror de las victimas, ya son leyenda, imitadas hasta la saciedad en el cine moderno, así el ataque de la pantera a la joven que va a comprar harina para la cena de su padre con esa elipsis del reguero de sangra por debajo de la puerta ante la mirada atónita de la madre y el hermano (antes ya nos pone los pelos de punta con esos pájaros mecánicos, esos ojos de la pantera, esa cámara subjetiva par la huida de Teresita). La del asedio del cementerio en medio de las tumbas que no dañan pero no ayudan y esa rama del árbol que se combando ante el peso de la fiera, los muros, las estatuas que miran de forma obsesiva, la brisa en los arboles. La de la ciudad y sus pocos encantos, laberinto de muerte y esa sombra amenazadora, ese resto de un cigarrillo….pero es en un final de infarto, con las fiestas mexicanas en su apogeo, en esa procesión con los encapuchados al atardecer en la que se mezclan nuestros protagonistas y, bajo el árbol, en la confesión casi mística y solar rota solo por el estampido del revolver sacrificador….

Es Tourneur y su equipo. Es magia, es cine.

Es Dynamite, el leopardo que también utilizo, nadie lo ha hecho como él, en La mujer pantera, con esos ojos brillantes y su furia rabiosa por sentirse encadenado e, imagino, la parafernalia de la grabación.

Los actores todos están bien destacando esa Mago que hace el papel de Clo-Clo, cantante local y típica y, sobre todo, un personaje poco aprovechado pero que roba todas las escenas, es echadora de cartas y la muerte que siempre aparece en su camino de la cantante.

Ataques nocturnos, sombras, pasos acechantes, elipsis en las muertes, calles amenazantes, vegetación que esconde terrores, goticismo del cementerio, leyendas y tradiciones locales y miedo… ¡que más se puede pedir!

 

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