jueves, 6 de febrero de 2014

¿Por qué lloras, Susan? de David Greene.


¿Por qué lloras, Susan? de David Greene.

 (The Shuttered Room)

1967. Terror, costumbrista. P: 7/10.

Director: David Greene

Música: Basil Kirchin, Jack Nathan

Fotografía: Ken Hodges

Interpretes: Gig Young, Carol Lynley, Oliver Reed, Flora Robson, Judith Arthy, Rick Jones, Ann Bell, William Devlin, Charles Lloyd Pack, Bernard Kay, Celia Hewitt

Sinopsis: A una pequeña población de Nueva Inglaterra, Dunwich, llega un matrimonio, Mike y Susan, quien habrá de hacer frente a un misterio que rodea el pasado de la esposa, Susana Whateley, pasado del que no se acuerda, así como algo misterioso que mora en el granero de la finca, y que ataca a los visitantes que allí se aproximan.

La hostilidad de los lugareños., las veladas amenazas y insinuaciones sobre una maldición familiar....la tía Agatha que mora en el faro de la isla y ejerce de algo como la bruja local...

Comentarios: Esta basado de forma bastante libre de un relato del gran August Derleth, que a su vez plasmo sacándolo de una idea inconclusa de maestro del terror H.P. Lovecraft; cosa muy habitual en el amigo Derleth....incluso está ambientado en el tremebundo territorio de la isla de Dunwich.

La película se aparta un tanto del terror negro y cósmico para meterse en una historia mas emparentada con películas como  Deliverance o Perros de paja, una especie de drama oscuro con una heterogénea mezcla de supercherías, ritos viejos y ancestrales, sexualidad cerrada y conflictiva, maldiciones familiares, miedos y terrores, la lucha por viejas herencias y posesiones...

El director consigue desde el primero momento cazarnos plenamente gracias  a una atmosfera muy conseguida, un clima de horror y violencia que va en un crescendo inhabitual y el contraste, muy marcado por la propia cámara,  entre los humanos y el mismo pueblo y los bellísimos paisajes costeros, el manejo de la cámara es hipnótico te hace seguirla por donde quiere sin darse uno cuenta.

Los actores están brillantes, desde la bellísima Carol Lynley a un desquiciado Oliver Reed, con el contraste perfecto de un Gig Young que lo borda.

Hay escenas especiales, como al del acoso de los jóvenes del pueblo a Susan que termina en una peculiar y curiosa pelea. Antes la reunión de la joven y su esposo con la tía que sobrevive y que cuido de Susan cuando niña. Pasa media película y parece que no ha pasado nada pero nuestro vello esta erizado, nuestra atención fija en la pantalla para no perdernos nada de lo que acontece o dicen...siempre esperando el momento álgido que la música nos va anunciando...

Una película a recuperar como tantas hay perdidas y que el título castellano era para matar al que se lo puso.

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