lunes, 20 de julio de 2015

Sabotaje de Alfred Hitchcock.


Sabotaje de Alfred Hitchcock.

1942. Intriga, thriller. P: 8/10.

Director: Alfred Hitchcock

Música: Charles Previn & Frank Skinner

Fotografía: Joseph Valentine (B&W)

Intérpretes: Robert Cummings, Priscilla Lane, Otto Kruger, Alan Baxter, Alma Kruger, Ian Wolfe, Vaughan Glazer, Dorothy Peterson

Sinopsis: Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un obrero de una fábrica aeronáutica de Los Ángeles es testigo de un acto de sabotaje en la planta en que trabaja. A causa de la la explosión muere su mejor amigo, pero lo peor es que él es acusado del crimen y perseguido por la policía. Para limpiar su nombre, atraviesa todo el país hasta Nueva York, buscando sin tregua a los culpables.

Comentarios: Película con todas las claves del cine del tío Alfred; no es la mejor de las suyas  ni está en ese grupo de su filmografía selecta y de postín pero es una autentica lección de como se debe hacer cine, como hacer lo máximo con tus recursos, como se debe montar una película para mejorarla y no hacerlo al revés. La culpa de no ser esa obra maestra es un guion con ciertas lagunas, poco amarrado, poco estudiado y afinado y la pareja de protagonistas que se ven muy blanditos.

Hay una rubia rubia rubia, de las del viejo y orondo director, del tipo de sus neuras y perversiones...hay un perseguido sin culpa (lo acusan de hacer un sabotaje y matar a su mejor amigo), un inocente que se verá en la lucha para impedir una sabotaje y para demostrar su propia inocencia; hay personaje secundarios deliciosos ( el camionero charlatán, la troupe del circo con sus extraños personajes, el ciego de la casa del bosque, el malo malísimo pero educado y con cierto carisma que hasta consigue hacerse simpaticón, está el hombre a perseguir, un hombre de que la policía no cree y que es el verdadero culpable (algo así como el manco de "El fugitivo"...)

Referencia a películas tan notables como la suyas de la posterior "Con la muerte en los talones", "39 escalones", "El hombre que sabía demasiado" y otras tan ajenas como "Freaks, la parada de los monstruos"

De ella quedan, además, cuatro tramos que son antológicos: la perorata que el "falso culpable" hace delante del malo, ese baile de gala benéfico, ese tiroteo en la sala del cine que superponen las detonaciones reales y las que se proyectan en la gran pantalla (aquí con  un montaje de matrícula de honor, increíble, de escuela de cinematografia) y esa secuencia final en lo alto de la Estatua de la Libertad, única e irrepetible y eso que la han copiado o imitado o remedado en  múltiples ocasiones con poco éxito si cabe.

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