martes, 3 de marzo de 2015

Martes clasico: LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC de Richard Brooks.


LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC de Richard Brooks.

1958. Drama. P: 8/10.

Director: Richard Brooks.

Intérpretes: Paul Newman (Brick), Elisabeth Taylor (Maggie), Burl Ives (patriarca), Madeleine Sherwood (esposa de Gooper), Judith Anderson, Jack Carson (Gooper, hermano de Brick),

Según obra teatral del dramaturgo Tennesee Williams.

Sinopsis: Un matrimonio en crisis, Brick y Maggie, se trasladan a la mansión familiar donde se celebraran  los 65 años del patriarca de la familia, un hombre rico que se hizo así mismo de la nada. Allí se encontraran con que está muy enfermo y desahuciado por los médicos. Y su hermano que, aprovechando la coyuntura, intentara quedarse con la parte buena de la herencia. En esto los problemas de Brick y Maggie que lo ansia, lo desea, desea sentirlo  dentro, un esposo, un amante…

Comentario: Una gran adaptación de la obra teatral del mismo nombre, una soberbia adaptación. Es más lo que se insinúa que lo que se dice; los traumas homo están presente, se insinúan, nunca se dicen, se sufren, están ocultos para los demás; esta la bebida para ahogarlos y ahogarse en ellos buscando el no pensar.

Y esta la tragedia familiar, donde no hay cariño, no hay confianza, no hay amor y, sin ellos, tampoco hay el respeto debido a las personas.

Todo es un teatro donde, debajo de la alfombra dorada (esa imagen de los niños tocando en el aeropuerto para recibir al abuelo, bien instigado por la madre es única) hay mucha miseria y tristeza. Son personajes solitarios, el abuelo que esta amasando dinero, la abuela comprando cosas, amarrando a los hijo y la casa pero también está sola. Brick está solo porque las dudas y la culpabilidad lo hunden. Maggie está solo en busca de un esposo que está casi perdido. (Solo esas confesiones en el sótano de la casa dignifican a los personajes y le devuelven un poco de humanidad).

Los actores están geniales, sobre todo la pareja protagonista pero, aun ellos, están eclipsados por la figura de Ives, que les roba todas las escenas en las que está presente. Esta inmenso, con un poderío y una capacidad histriónica poca veces vista.

La direcciones perfecta, buscando los clímax, acentuando el dramatismo de la acción y los personajes. Esa escena ultima con Newman reclamando a Maggie y comiéndola con los ojos es de escalofrió.

Una gran tragedia griega en la América profunda, trasunto de las grandezas y miserias de una joven nación que se hace a sí misma y olvida sus orígenes. (El momento del sótano en el que el patriarca muestra orgulloso las compras que habían echo en Europa a precio de saldo, tendrá que ponerse a abrirlas, las compro la madre, menos mal que son ricos…)

Y ese vestido blanco muy ceñido de la gata caliente….

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