martes, 8 de octubre de 2013

LOS MERCENARIOS 2 de Simon West.


LOS MERCENARIOS 2 de Simon West.

2012. Accion, belica, secuela. P: 7/10.

Director: Simon West.

Música: Brian Tyler

Fotografía: Shelly Johnson

INTERPRETES: Sylvester Stallone, Jason Statham, Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture, Yu Nan, Jean Claude Van Damme, Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris, Jet Li, Liam Hemsworth, Scott Adkins, Charisma Carpenter, Amanda Ooms

Sinopsis: Barney Ross (Sylvester Stallone), Lee Christmas (Jason Statham), Yin Yang (Jet Li), Gunner Jensen (Dolph Lundgren), Toll Road (Randy Couture) y Hale Caesar (Terry Crews) y Billy (Hemsworth), un nuevo colega, se vuelven a reunir cuando el señor Church (Bruce Willis) les encarga un trabajo aparentemente sencillo y muy lucrativo. Sin embargo, el plan se tuerce cuando un peligroso terrorista llamado Villain (Jean-Claude Van Damme) les tiende una emboscada. Entonces su único deseo será vengarse. Así es como van sembrando a su paso la destrucción y el caos entre sus enemigos hasta que se encuentran con una amenaza inesperada: cinco toneladas de plutonio apto para uso militar, una cantidad más que suficiente para cambiar el equilibrio de poder en el mundo.

Comentarios: Da lo que promete, viejas glorias reverdeciendo laureles, riéndose de sí mismos y parodiando todo su antiguo trabajo y el actual, (esta película lo mismo que la anterior que fue una pasada), al tiempo que disfruta (y nos hacen disfrutar) como  enanos.

Una buena secuela que mantiene su atractivo, una película ágil y entretenida, con chistes inteligentes sobre sus personajes, con muchos tiros y bombas y peleas (¡como lo hace el amigo Jason) y esas pelea finales que no defraudaran a ningún aficionado al cine de aventuras: el enfrentamiento entre Stallone y Van Damme y, antes, el de Jason con Adkins.

Una película que nos trae añoranzas de otra forma de hacer y ver cine.

Bien realizada, la pose imposible de Schwarzenegger, el despotismo de Bruce pero sobre todo el cameo increíble de Chuck y un Van Damme que disfruta de sus escenas, como si fuera una vuelta añorada, muy añorada, con todos sus excesos, que los tiene el amigo que está bastante estropeado por el tiempo y excesos.

Una película capaz de emocionar y hacer olvidar su evidentes problemas de guion y localizaciones, de imposibles repeticiones, de locura salvaje, de cientos de muertes a precio de una simple entrada...

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