La bestia con cinco dedos de Robert Florey.
1946. Terror, intriga. P: 7/10.
Dirección: Robert Florey
Música: Max Steiner
Fotografía: Wesley Anderson (B&W)
Interpretes: Peter Lorre, Robert Alda, Victor Frances, J. Carrol
Naish, Charles Dingle, John Alvin, Pedro de Cordoba, Patricia
Barry
Sinopsis: En una pequeña villa italiana un rico millonario muere tras
sufrir un extraño accidente, dejando toda su fortuna a su enfermera. Ello
provoca lógicamente el descontento de la familia y de su secretario, quienes no
tardarán en intentar impugnar el testamento ayudados por el propio abogado del
difunto. Esa misma noche, empiezan a sucederse hechos extraños: el piano no
cesa de sonar aunque nadie lo toca, la cripta del difunto se ilumina por la
noche y el abogado aparece muerto víctima de lo que parece ser un estrangulamiento.
A la mañana siguiente, los habitantes de la mansión deciden investigar en la
cripta, descubriendo que al difunto le falta una mano...
Comentarios: Con un guion de Curt Siodmank adaptando una historia de
William Fryer Harvey.
Un clásico a recuperar. No es una de esas obras maestras pero merece estar
en los peldaños de las grandes.
Es un cuento de horror gótico en un viejo palacete decadente y con
historia, un oscuro caserón lleno de recovecos y escondrijos.
Aquí descolla un inmenso Peter Lorre en una de sus
mejores interpretaciones, su pose, su mirada extraña, sus
gestos impreciso como tics, su carácter variable...inmenso, increíble...con el,
citar a Victor Francen que hace un gran papel pero que muy corto aunque muy
intenso como ese impedido que toca el piano con su sola mano izquierda (la
chaconne en D menor de Bach).
Los efectos especiales fueron rompedores con esa mano con vida propia que
se dedica a pasearse por todos los lados como si en su propia casa estuviese.
Unos FX muy conseguidos para la época y aun hoy en día tiene su aquel.
Un banda sonora muy buena y una fotografía más que notable.
Muy clásica, muy artesana.
Un final que se ríe de los estereotipos del genero, con ese susto
final...que, más tarde han copiado con desigual fortuna los realizadores de
terror.
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