domingo, 28 de marzo de 2021

La endemoniada de Amando de Ossorio.

La endemoniada de Amando de Ossorio.

1975. Terror, española. P: 7/10.

Dirección y guion Amando de Ossorio


Música: Víctor y Diego

Fotografía: Vicente Minaya

Interpretes: Julián Mateos, Marián Salgado, Fernando Sancho, Lone Fleming, Ángel del Pozo

Sinopsis: Una anciana gitana es detenida por la policía por su supuesta relación con el secuestro de un recién nacido y la desaparición de una serie de objetos de una iglesia. Durante el interrogatorio, la mujer se suicida arrojándose por la ventana, no sin antes haberse encomendado al diablo. Como venganza, su espíritu toma el cuerpo de la hija del comisionado de la zona.

Comentarios: Es este uno de los cientos de producciones que quisieron aprovecharse del éxito de “El exorcista” solo que esta vez en manos del brillante realizador gallego de la “tetralogía de los zombis templarios”. Amando no hace una película de copia y re copia sino que le da su toque muy personal, consiguiendo algunas escenas muy escabrosas e impactantes, se escapa del guion original yendo por unos rumbos muy distintos, diferente, con una cierta maldad inherente pero con esa sorna tan gallega, tan nuestra.

La niña Marian Salgado esta genial, sobrepasando el papel que le han encargado, superando en momentos a los viejos veteranos, los eclipsa de forma total…y con esa ambivalencia de dos personalidades (uno el adulto de la vieja bruja) en su cuerpecillo y no es cosa de un poco más o menos de maquillaje asquerosito, hay algo más que es ella y su actuación. Por cierto esta reconvertida en escritora con una novela autobiografía de esos años. “La hija del periodista”.

Muy buena fotografía.

Muy buen maquillaje. En cambio los efectos especiales bastante flojitos como la levitación de la niña o ese descenso por la pared de la casa….

Una banda sonora penosa, eso sí, penosa.

Y decir que, claro, intenta meter tantas cosas (posesión, brujas, sacrificios de niños, policía, etc…) en la película que hay fallos que no se sostienen en una cierta coherencia argumental. Se le perdona, esta claro.

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