domingo, 5 de julio de 2020

Sesión doble: La novia de Frankenstein y La Momia.


Sesión doble: La novia de Frankenstein y La Momia.

LA NOVIA DE FRANKENSTEIN de James Whale.

Terror. 1935. P: 10/10.
Director: James Whale.
Guión: William Hurlbut, John L. Balderston basada en la novela Frankenstein de Mary Shelley
Música: Franz Waxman, Franz Schubert (Ave Maria, Op.52 No. 6)
Fotografía: John J. Mescall.
Maquillaje: Otto Lederer, Jack P. Pierce.
Intérpretes: Boris Karloff (El monstruo), Colin Clive (Dr. Henry Frankenstein), Valerie Hobson (Elizabeth Frankenstein), Ernest Thesiger (Dr. Pretorius), Elsa Lanchester (Mary Wollstonecraft Shelley/La novia del monstruo), Gavin Gordon (Lord Byron), Douglas Walton (Percy B. Shelley), Una O’Connor (Minnie/sirvienta en Villa Diodati), E.E. Clive (alcalde), Lucien Prival, O.P. Heggie, Dwight Frye (ladronzuelo), Reginald Barlow, Walter Brennan, John Carradine.

Sinopsis: En una velada Byron esta con el poeta Shelley y su novia/amante Mary Shelley..(“cuéntanos tus infiernos mientras el cielo brama")…con una tormenta monstruosa tras los ventanales. De esta forma Mary continúa su historia donde nos la dejo la primera película de Whale.
Vemos que el monstruo se salvo de la quema y destrucción del molino al caer en un pozo de agua bajo el mismo. La gente de la aldea se marcha abatida salvo  la criada Minnie que piensa que aun está vivo. Vivo y libre creando el terror y la destrucción.
Henry salvado es visitado por un extraño doctor Pretorius que como un diablo tentara y amenazara a Henry a volver a sus experimentos. Le muestra, incluso, como en una atracción de feria, unos pequeños seres encerrados en cilindros de cristal, seres que luchan por escapar antes la mirada complaciente de Pretorius (la base de estos homúnculos ya está en la novela de Mary).
Gran escena de la visita del monstruo escapando de nuevo a la casa de un viejo invidente, se escapa de todo artificio y sensiblería, a la que llega tras la música que hace con su violín.
De nuevo escapando llega a las catacumbas donde se encuentra con Pretorius comiendo sobre un ataúd de una joven a la que ha robado los huesos. La escena es increíble, la aproximación del monstruo ante la ligera sorpresa de un Pretorius medio achispado y como lo contenta con una copa de licor, brindis de dos monstruos enamorados de la muerte. “Yo quiero a los muertos. Odio a los vivos” dice el monstruo.
El  monstruo instigado por Pretorius rapta a Elisabeth y obliga a Henry a ayudarle a crear una mujer.
Crean a la mujer, un ser especial y extrañamente bello con un rebuscado maquillaje y un complicado y ultramoderno peinado (a destacar las cicatrices en la garganta). El  monstruo acude a conocer a su futura compañera lleno de... ¿ilusión? Pero, ella, cuando lo ve grita horrorizada y lo rechaza. Trata de ser amigable, le coge con dulzura la mano pero es rechazado una y otra vez con ese grito tan extraño y, con una lagrima que cae en el ojo del monstruo y dejando irse a su creador, destruye todo con el…

Comentario: La existencia de la mujer monstruo ya esta en la novela original, así como los homúnculos que darán luego lugar a películas como “Dr, Cyclops” o “Muñecos infernales”. Ese prologo imposible es magnífico y Elsa Lanchester esta sensacional y preparando su regreso en el relato como la mujer monstruo; Byron hace aquí un resumen extraño y cabal de la primera película en un montaje maestro.

La película es evidentemente Pretorius, el alter ego de Henry o, mas bien, el Mefistófeles si Henry es el Fausto del cuento y un monstruo que habla, magistralmente interpretado por Karloff, un monstruo entrañable cruel, violento, y patético en su soledad y en su búsqueda de una amistad que se le niega. 

Un detalle a destacar es la creciente fuerza de este ser conforme va transcurriendo la película. Que pasa de ser detenido por la turba del pueblo de nuevo, a romper sus cadenas y sembrar el caos y la muerte.

Las figuritas de Pretorius que Henry dice mas bien de magia negra, son en sus roles tremendos: la reina, el rey con ansia de los favores de la misma. La sirena y la Bailarina como fantasías sexuales, el Obispo como represión moral institucional y el Diablo con cierto parecido al loco doctor, como el intenta decir.

Elsa, recién renacida, en pocos segundos aparece en escenas con explosiones eléctricas, con la tormenta en lo alto, sus movimientos bruscos aprendiendo y, mas tarde, bellamente vestida.
Se considera como superior a la primera, se ven mas medios, mas cariño incluso, y mucho humor negro.

Todos los actores están geniales y a destacar un secundario de lujo, Dwight Frye, el Flint de la primera que es asesinado y que aquí le meten en una sub-trama que luego quitaron con el asesinato de varias personas emulando al monstruo y que este, al final lo tira desde el torreón.

Magnifica, con un Karloff en alza y toda una simbología freudiana y mefistofélica y artística.

LA MOMIA de Karl Freund.

1932. Terror, romance. P: 9/10.

Director: Karl Freund
Música: Peter Tchaikovsky
Fotografía: Charles Stumar (B&W)
Reparto: Boris Karloff, Zita Johann, David Manners, Edward Van Sloan, Arthur Byron, Noble Johnson, Leonard Mudie

Sinopsis: Un grupo de arqueólogos británicos invaden la tumba de un cadáver momificado que resulta ser un sumo sacerdote del antiguo Egipto. La momia, que revivirá accidentalmente 3.700 años después de su muerte, intentará raptar a una joven de ascendencia egipcia que se parece a la princesa que amó en vida y que fue el motivo de su ejecución.

Comentarios: La película comienza con una inscripción egipcia en tintes blancos y negros, y tras un pequeño prólogo en que obtenemos la única visión de la momia como tal despertando, nos trasladamos a varios años después, en que ésta ya ha adquirido el cuerpo de Karloff. Y que Karloff, esta que se sale y nos da pavor/terror al tiempo que una cierta pena y desazón; la interpretación de karloff es soberbia. El trabajo que tuvo que sufrir fue de muchas horas de maquillaje, horas y horas y sufriendo, bajo la mano mágica de un Jack Pierce pero que tuvo su frutos en la, quizás, mejor interpretación de Karloff, no digamos más de la recreación de los escenarios Egipcios, increíblemente bien realizados, magistralmente reconstruidos, con imaginación pero también con una gran respeto y fidelidad y cariño, es la magia de los viejos tiempos y los antiguos dioses...

La inquietante y siniestra atmósfera que cubre toda la cinta se beneficia de la falta de color y permite al director crear una película de aventuras y a la vez de suspense; llena de una fotografía fantástica en al que la luz es un punto importante sino casi imprescindible y le da un clave romántica. Esa mezcla de exotismo, romanticismo y miedo esta notablemente conseguida en una atmosfera onírica e irreal....

El uso de los efectos especiales, aunque parco (comprensible por la época), consigue unos correctos resultados. El maquillaje de Karloff hace que nos creamos que realmente es la momia, y los flashback a los que la cinta recurre para contar a la futura prometida de la momia su historia, se integran perfectamente en el conjunto.

Una gran aventura romántico/terror que nos permite soñar y viajar a mundos exóticos, más allá del tiempo y del espacio.

Esa imagen de la resurrección de la momia, esas vendas deslizándose a través del dintel de la puerta abierta por la que acaba de e sacar la momia con el pergamino en la mano....o esa otra con Imhotep en el Museo invocando a su amada muerta y como la joven siente la llamada...o ese final épico y hermoso con los dioses volviendo a ejercer de su papel y castigando al blasfemo...

Hubo la versión, muy buena pero sin llegar  a esta, de la Hammer con un Christopher Lee en el papel de "La Momia" y, más tarde, en calve casi paródica y aventuras al cien por cien de Stephen Sommers, la historia en otra clave es prácticamente una copia calcada de  la película.

Uno de los mejores homenajes al mundo de los Egipcios y su Edad Antigua.

"Junto con “Dracula” (1931) de Tod Browning y “El Doctor Frankenstein” (1931) de James Whale, “La Momia” (1932) se la puede considerar como uno de los ejemplos más sobresalientes de esas viejas joyas del horror clásico que manufacturó la Universal en los años treinta. Se puede considerar el primer papel importante (por caracterización, interpretación e intervención) del británico Boris Karloff antes de encumbrarse, por si no tenía poco con su popularidad, con “La Novia de Frankenstein” (1935) antes de ser relegado nuevamente a sus principios como actor; a papeles secundarios de Hombre Alto y tez siniestra.

El maquillaje del que fue sometido no tiene precedentes en su época. Lo vemos momificado como cadáver y dos lustros más tarde caracterizado como el siniestro guía egipcio Ardath Bey de mirada tan hipnotizada como petrificante. El grupo de arqueólogos británicos encabezados por el doctor Joseph Whemple (Arthur Byron), su hijo Frank (David Manners) y el doctor Muller (Edward Van Sloan) no sospechan de su origen pero si de sus intenciones; ir en pos del papiro que devolverá a la vida a la princesa Anek-Es-En-Amon de quien Imhotep, nombre auténtico de Ardath y que fuera sacerdote antes de ser sacrificado por su intento de resucitar a Anek tres mil años atrás, quiere hacerse con su poder. Pero necesita el cuerpo y la belleza de la atractiva Helen (Zita Johann), la amada de Frank, y que guarda un increíble parecido a la antigua princesa.
"

Karl Freund, el director, fue ayudante de Fritz Lang, perteneciente al cine expresionista alemán y gran operador de cámara. "Los primeros planos con el rostro inerte y arrugado de Karloff es la primera imagen que le viene a uno en mente" de esta gran película. Y dándole un toque de romanticismo al monstruo, esta humanizado por el tremendo amor que siente hacia una mujer en siglos, aparte de recalcar en su diplomática educación hacia sus rivales que incluso hace helar a más de uno la sangre." Solo de comprobar sus trabajos en Las arañas de Fritz Lang, El Golem de Paul Wegener, La Cabeza de Jano de Murnau, Metropolis de Fritz Lang, Dracula de Browning, Cayo Largo de John Huston....
Muchas referencias y comparativas con Dracula, tan absurdas como increíbles; no hay relacionar entre estos dos seres...

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