La casa del rio de Fritz Lang.
1950. Drama, thriller. P: 8/10.
Director: Fritz Lang.
Interpretes: Louis Hayward
(Stephen), Jane Wyatt (Marjorie), Lee Bowman (John), Dorothy Parick (Emily),
Ann Shoemaker (Mrs. Ambrose), Jody Bantam (Flora), Sarah Padden, Peter Brocco,
Howland Chamberlain, Leslie Kimmell.
Sinopsis: Stephen Byrne, un escritor fracasado, aprovechando la ausencia de
su mujer Marjorie, intenta seducir a una criada, Emily, a la que mata
involuntariamente. A continuación convence a su hermano John para que le ayude
a deshacerse del cadáver cosa que hace a pesar de sus principios....
Comentarios: Una pequeña joya del cine negro, una delicia injustamente
olvidada, una obra maestra del maestro Lang.
Fascinante, es la palabra que define ese film. Fascinante.
Y un personaje más que no está en los créditos: el rio de que no podemos
escapar, el rio como símbolo de la vida y la muerte, siempre renovado, siempre
nuevo, omnipresente...
La mano de Lang se nota destacando ese inicio brutal y de pesadilla (son
poco más de diez minutos brillantísimos, en los que ya nos descubre las aviesas
intenciones de Stephen y todo con simplemente esa mirada lasciva a la criada,
esa ventana del baño superior que se ilumina, ese desagüe que se oye con el
agua de la bañera, ese descender de la escalera exhibiendo unas perfectas
piernas; más tarde recreando casi la misma escena con la bajada de las escalera
pero esta ves es Marjorie..), para irnos adentrando de su mano en la locura de
Stephen hasta ese final terrorífico, una espiral de engaños, de sin sentidos,
de demencia...todo con una fotografía de matrícula de honor, con esos juegos de
sombras y luces insuperables que hacen y crean una atmosfera que se corta con
un cuchillo...
Otra escena increíble es el juicio, perfecto.
Y otra es la búsqueda por el rio del saco con el cadáver de Emily por
Stephen, con ese juego de luces, la noche se va haciendo como mágica y
sobrecogedora, las plantas, las ramas de los arboles que le abrazan, ese pez
que salta fuera del agua...puro terror, pura locura, pesadilla total...
La música plena de romanticismo sin llegar a pasarse...
Los actores soberbios.
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