La marca del vampiro de Tod Browning.

La marca del vampiro de Tod Browning.

1935: Terror, intriga. P: 7/10.

Dirección: Tod Browning

Música: Edward Ward

Fotografía: James Wong Howe (B&W)

Interpretes: Lionel Barrymore (Profesor Zelen), Elizabeth Allan (Irene Borotyn), Bela Lugosi (Conde Mora), Lionel Atwill (Inspector Neumann), Jean Hersholt (Baron Otto), Henry Wadsworth (Conde Fedor), Donald Meek (Doctor Doskill), Jessie Ralph, Ivan F. Simpson, Franklyn Ardell.

Sinopsis: Un inspector de policía investiga una serie de extrañas muertes en una población checa donde habitan el Conde Mora y su hija Luna.

Las víctimas presentan en el cuello pequeñas marcas y gran pérdida de sangre que hacen sospechar que lo que está pasando es obra de vampiros...

Comentarios: Un remake muy libre de la película del propio realizador "London After Midnight" con el Dracula por excelencia: Boris Karloff. Lo malo es más de media hora de la película está perdida, fue cortada para evitar esa posible relación incestuosa entre le Conde Mora y su hija Luna; con esto hacen que el protagonismo absoluto recaiga en los otros personajes y queda como una lucida mirada de las supersticiones al uso por parte de la gente. Así empieza con ese campamento de gitanos y esa vieja cogiendo hierbas en el cementerio o esos dos en un carruaje que se asustan por las ramas de los arboles en la noche, o en la posada, como esos dos extranjeros se ríen de la supersticiones mientras el doctor del pueblo regresa corriendo porque la noche está cayendo...

Gran y conseguida atmosfera gótica, muy lúgubre y claustrofóbica. Los escenarios son incomparables...así como vestuario, maquillajes.

Pura parodia de Dracula, se nota en un personaje singular desde mi punto de vista, el Doctor Doskill magníficamente interpretado por el veterano de mil lides Donald Meek; un lógico y clásico doctor de pueblo que...¡cree en vampiros y los teme!...y todos los elementos clásicos: castillos, ataúdes, Lugosi...y ese Van Helsing encarnado por un grande de los grandes como Lionel Barrymore y no digamos anda de los criados miedosos...