sábado, 9 de mayo de 2015

Cuando las brujas arden de Michael Reeves.


Cuando las brujas arden de Michael Reeves.

1968. Aventuras, terror. P: 7/10.

Director: Michael Reeves

Fotografía: John Coquillon

Interpretes: Vincent Price, Robert Russell, Ian Ogilvy, Rupert Davies, Hilary Heath, Nicky Henson

Sinopsis: Matthew Hopkins (Vincent Price) es el cazador de brujas más importante de Inglaterra. Viaja junto a Stearne, su brutal ayudante, por la campiña, prestando sus servicios donde lo llaman y aprovechándose de los eventuales juicios (a través de los placeres carnales que le podían brindar aquellas jovencitas acusadas de brujería que querían vivir un poco más y se dejaban convencer por las promesas de perdón del siniestro cazador).

En uno de estos pueblos, Hopkins y su secuaz tortura a un párroco acusado de brujería y obtiene de su sobrina unos favores sexuales a cambio del perdón al párroco. Pero al día siguiente el cura es ajusticiado junto con otra acusada. El novio de la chica, un soldado de Oliver Cromwell, jura vengar tanto la destrucción de su futuro suegro como la impurificación de su inmaculada novia. Para ello se casa con ella con Dios como testigo y parte para cumplir sus deberes de soldado y estar atento a la presencia de Hopkins en las aldeas que visita.

Comentarios: Gran película sobre la maldad, sobre Satanás pero sin cosas de magia o extrañas o extravagantes fantasías, no, la maldad en persona, en comportamientos de unas gentes que debían velar por la ley y la moral y se aprovechaban de ella (y de la ignorancia y miedos de la gente) para colmar su peores instintos como eran la ambición, la  lujuria, el sadismo  y la avaricia.

Película llena de torturas, violaciones, ajusticiamientos a cual más horroroso. También está la clave de la "venganza" y como esta puede nublar al más sentido común de los mortales. Se puede definir como una película de violencia descarnada y brutal, de los peores sueños de las personas, como un tremebunda pesadilla de Goya.

Vincent Price esta increíble, quizás su mejor película, en ese papel del cruel Matthew Hopkins. El resto del casting esta notable, incluidos unos hermosos caballos que dan el toque especial al film.

La realización es modélica, en formato, forma y tono clásico de la famosa productora Hammer, tanto su ritmo, como los movimientos de cámara, su montaje es notable; la producción cuidada en vestuarios, escenarios (naturales o no)  y fotografía naturista y brillante. Su director ya nos dejo otras dos joyitas como son "El lago de Satan, 1996" y, sobre todo, "Los brujos, 1967; con Boris Karloff" antes de morir de forma prematura y accidental.

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