Cuando las brujas arden de Michael Reeves.
1968. Aventuras, terror. P: 7/10.
Fotografía: John Coquillon
Interpretes: Vincent Price,
Robert Russell, Ian Ogilvy, Rupert Davies, Hilary Heath, Nicky Henson
Sinopsis: Matthew Hopkins (Vincent Price) es el cazador de brujas más
importante de Inglaterra. Viaja junto a Stearne, su brutal ayudante, por la
campiña, prestando sus servicios donde lo llaman y aprovechándose de los
eventuales juicios (a través de los placeres carnales que le podían brindar
aquellas jovencitas acusadas de brujería que querían vivir un poco más y se
dejaban convencer por las promesas de perdón del siniestro cazador).
En uno de estos pueblos, Hopkins y su secuaz tortura a un párroco acusado
de brujería y obtiene de su sobrina unos favores sexuales a cambio del perdón
al párroco. Pero al día siguiente el cura es ajusticiado junto con otra
acusada. El novio de la chica, un soldado de Oliver Cromwell, jura vengar tanto
la destrucción de su futuro suegro como la impurificación de su inmaculada
novia. Para ello se casa con ella con Dios como testigo y parte para cumplir
sus deberes de soldado y estar atento a la presencia de Hopkins en las aldeas
que visita.
Comentarios: Gran película sobre la maldad, sobre Satanás pero sin cosas de
magia o extrañas o extravagantes fantasías, no, la maldad en persona, en
comportamientos de unas gentes que debían velar por la ley y la moral y se
aprovechaban de ella (y de la ignorancia y miedos de la gente) para colmar su
peores instintos como eran la ambición, la
lujuria, el sadismo y la
avaricia.
Película llena de torturas, violaciones, ajusticiamientos a cual más
horroroso. También está la clave de la "venganza" y como esta puede
nublar al más sentido común de los mortales. Se puede definir como una película
de violencia descarnada y brutal, de los peores sueños de las personas, como un
tremebunda pesadilla de Goya.
Vincent Price esta increíble, quizás su mejor película, en ese papel del
cruel Matthew Hopkins. El resto del casting esta notable, incluidos unos
hermosos caballos que dan el toque especial al film.
La realización es modélica, en formato, forma y tono clásico de la famosa
productora Hammer, tanto su ritmo, como los movimientos de cámara, su montaje
es notable; la producción cuidada en vestuarios, escenarios (naturales o
no) y fotografía naturista y brillante.
Su director ya nos dejo otras dos joyitas como son "El lago de Satan,
1996" y, sobre todo, "Los brujos, 1967; con Boris Karloff" antes
de morir de forma prematura y accidental.
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