REBECA DE ALFRED HITCHCOCK.
1940. Drama, thriller. P: 10/10
Autor de la novela: Daphne Du Maurier Guión adaptado: Philip MacDonald
Intérpretes:
Laurence Olivier(Maxime de Winter), Joan Fontaine(Sra. de Winter), Gladys
Cooper, Leo G. Carroll, Melville Cooper, C. Aubrey Smith(Coronel Julyan),
Florence Bates, George Sanders(Jack Fawell, el primo), Judith Anderson(Sra.
Danvers), Nigel Bruce(Mayor Giles Lacey).
También conocida como: Rebeca, una mujer inolvidable
Sinopsis: Una joven ingenua que trabaja de señorita de
compañía se enamora en Monte Carlo de un viudo aristocrático. Max, el señor de
Winter, vive atormentado y parece tener problemas para superar la muerte de su
primera mujer Rebecca que se ahogó en un accidente de barco menos de un año
atrás.
Él aunque algo distante o frío, parece corresponderla y se
casan impulsiva y austeramente. Los nuevos señores de Winter se trasladan a la
mansión de Manderlay en Cornwall, donde comienza a surgir una extraña
rivalidad. El ama de llaves, la señora Danvers, todavía fiel hacia la difunta
señora de Winter, tiene una presencia enigmática y humilla a la temerosa y
humilde joven esposa que no parece dar la talla. La aparición del cadáver de
Rebeca en su barco hundido con señales de asesinato pondrán a prueba el amor de
los dos esposos y el carácter del extraño primo de Rebeca.
Critica: "Anoche soñé que volvía a Manderley", así
comienza con una voz en off que nos narrara, en flash-back toda la historia.
Tremenda off con las ruinas de Mandeley aproximándose, tremendo
flash-back. Además de clásica nos ha
dejado la clásica chaquetilla de punto de mujer: "la rebeca", nos ha
dejado en el psicoanálisis el "síndrome de Rebeca".
Esta estructurad en flash-back pero con tres tiempos
perfectamente definidos, como tres capítulos: El primero es el conocimiento de
los personajes (Impresionante la escena de De Winter en el acantilado y la
joven que los llama) que acaba en boda apresurada.
El segundo se inicia con la llegada de los recién casados a
Manderley y en el surge la feroz aversión, celos, de la señora Danvers con la
joven señora De Winter, intentando humillarla una y otra vez, y acaba con el
aviso del naufragio de un barco en la costa tras el fracaso de la joven esposa
con su vestido que, un año antes, ya habia usado Rebeca y esto por insinuación
de la ama de llaves.
Excepcionales las escenas:
-La mirada de la joven esposa al ver a Manderley.
-Recibimiento de la servidumbre y presentación de la sra.
Danvers a De Winter.
-La visita de la joven a las dependencias antiguas de
Rebeca. El momento en que aparece, de improviso, el ama de llaves a través de
unas cortinas transparentes de seda.
-Defraudada la joven con el recibimiento que su marido hace
del vestido la sra. Danver la hace casi suicidarse, la incita a tirarse del
balcón. Interrumpido esto por la señal de alarma de un naufragio.
La tercera empieza con el descubrimiento del balandro
sumergido, no ha sido un accidente, el informe del doctor sobre Rebeca y ver a
Manderley bajo la acción del fuego provocado por la sra. Danvers que muere en
su interior.
La gran protagonista de la película es un personaje que no
aparece: Rebeca. Esta desde el principio y hasta el final. Jamás una película
fue capaz de tanto con un fantasma y sin mostrarlo.
Después está ese personaje de la Sra. Danvers con su
patológico apego a la muerta (genial interpretación de Judith Anderson) y como
su enfermedad purificara Manderley como solo puede hacerlo el fuego. La
necesidad obligada de empezar de cero. ¿Por qué este apego? Habría múltiples
posibilidades: relación familiar (maternal), relación amorosa, relación
desproporcionada de apego a un ser que se considera como superior.
Película maravillosa y con múltiples lecturas, todo un hito
en la historia del cine, es una gozada volver a verla, de vez en cuando, a este
film que, por cierto, inauguró la estancia de Alfred en Estados Unidos.
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