VUELO
NOCTURNO de Wes Craven.
2005. Thriller. P: 7/10.
Interpretes: Rachel McAdams (Lisa), Cillian Murphy
(Jackson), Brian Cox (Joe), Jayma Mays (Cynthia), Jack Scalia (Keefe), Colby
Donaldson (Jefe de seguridad), Theresa Press-Max (Marianne), Robert Pine (Bob),
Brittany Oaks (Rebeca), Carl Guillian (Taxista).
Musica:
Marco Beltrami.
Sinopsis:
Lisa odia volar, pero al subir al avión, un vuelo nocturno, se encuentra que su
compañero de asiento es el agradable compañero con que acaba de tomar una copa,
Jackson. Pocos minutos de estar en el aire se saca la careta y amenazando con
matar a su padre le manda cambiar la habitación de hotel del Secretario General
de Seguridad Interior. Atrapada en un avión a mucha altura, Lisa se ve en una
pesadilla y termina por acceder a la orden a pesar de intentar evitarlo. Poco
tiempo le quedara después para evitar una masacre.
Comentario:
Wes después de su larga y exitosa carrera cinematográfica con esa joya como
Scream, que culmino una serie de obras geniales dentro del marco del terror más
duro y puro que empezó con “Las colinas tienen ojos”, “la ultima casa a la
izquierda”, Pesadilla en Elm Street”, “El sótano del miedo”, “La serpiente y el
arco iris”. Pero estancado en esa tri-repeticion de Scream y el fracaso de “La
maldición” y ese dramón ruinoso de “Música del corazón” estancado y con la
etiqueta de artesano que significa, mas bien, en acabado. Pero aquí reinventa
su cine tocando de forma clásica y brillante los diferentes temas de la
historia del cine.
Así empieza
como una comedia romanticona y muy americana; se transforma en un drama
terrible en el centro de un avión en su vuelo nocturno, ambiente claustrofóbico
y una tensión que no decae en más de la media hora que transcurre allí. Todo
está medido al milímetro recordándonos a ese monstruo del tío Alfred, la cámara
es ágil, la puesta en escena es genial y perfecta, los enfoques de la cámara
certeros y crueles, duelen y, esta, se mueve con una agilidad pasmosa,
increíble en una coreografía magistral dentro del avión y entre los pasajeros
del mismo. Es en este tramo de la
historia donde destacan de forma más que notable los dos actores principales
que generan todo un enfrentamiento
personal, unos actores que bordan el magisterio en las manos de un realizador
que sabe lo que quiere, que sabe lo que se hace y a donde hay llevar la acción.
La pena es
que al final, salidos del ambiente del avión esa atmosfera densa y consistente se
pierde y se transforma en otro tipo de película, la tercera en el género, el slasher,
la del maniaco con cuchillo (aquí sin mascara, al estilo de El Resplandor) persiguiendo
a chica mona que se defiende mejor de lo que esperamos (y de lo que espera el
machote maniaco), con algunas situaciones que son casi ridículas e impensables si
lo pensamos bien pero que son creíbles tal como nos las presentan el amigo Wes;
mantienen un nivel muy bueno en las manos de Wes Craven y que nos recuerdan
mucho otras películas del mismo (Scream, por ejemplo).
A ver y no
olvidar.
Aun después de esta realizo Scream 4...
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