Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de
Daniel Alfredson.
2009. Thriller,
secuela. P: 6/10.
Director: Daniel
Alfredson
Guión: Stieg
Larsson
Música: Jacob
Groth
Fotografía: Peter
Mokrosinski
Interpretes: Noomi Rapace, Michael Nyqvist, Lena
Endre, Georgi Staykov, Per Oscarsson, Sofia Ledarp, Hans Alfredson, Annika
Hallin, Micke Spreitz, Paolo Roberto
Sinopsis: Lisbeth
Salander (Noomi Rapace) es buscada por la policía, tras verse envuelta en el
asesinato de dos colaboradores de Millennium, a punto de sacar a la luz un
escándalo sobre el comercio sexual en Suecia. Sin embargo, Lisbeth es más un
ángel vengador que una víctima indefensa, y arremete con justa ira sobre los
que la han herido...
Comentarios: Segunda
parte de la trilogía Millennium, adaptaciones de las exitosas novelas de Stieg
Larsson, que el mismo guioniza en esta segunda entrega y se nota que es él el
que lo hace y flojea.
La trama
continua y se banaliza un tanto, se comercializa y se hace un film convencional,
bueno, pero convencional acercándose a las técnicas y valores del cine negro
americano que son muchas pero que aquí, que se suponía un soplo de aire
renovador, sobra. Como segunda entrega pues por un lado no hay que presentar a
los personajes y, ¡ale!, directos a la historia y trama; por otro lado esta que
la novedad ha desaparecido, los personajes pierden interés y, sobre todo
Lisbeth, parecen que están como fuera de sitio; todo se hace un tanto
reiterativo y largo y, por momentos, en las situaciones complicadas parecen
soluciones muy infantiles y pobres (como escapan los dos amigos del establo en
llamas por todos lados, el enterramiento sin comprobar que el muerto esta bien
muerto, etc....)
Los secundarios
un desastre (por culpa del guion, como no) por ejemplo los moteros (aparecen
por arte de magia, desaparecen, no cuentan salvo en la escena de la pelea de
Lisbeth con dos de ellos), la policía (muy desaprovechados, absurda la
presentación del inspector en la sinagoga), el grupo de redacción de la revista que queda como unos
personajes plomizos y desvaídos.
Lo bueno es que
va explicando la historia negra de la chica del bidón de gasolina y la cerilla;
la aparición de su "hermano" con su problema genético pues que
queréis que os diga, ni fu ni fa. Lo otro es una cierta critica a la sociedad
sueca: corrupción, puterios en todos los niveles, trata de blancas mientras se
mira a otro lado, expedientes que se esconden, etc....
En fin, se deja
ver pero anda como la primera.
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