Miedo en la ciudad de los muertos vivientes de
Lucio Fulci.
1980. Terror, gore. P: 6/10.
Director: Lucio Fulci
Música: Fabio Frizzi
Fotografía: Sergio Salvati
Intérpretes: Christopher George, Catriona MacColl, Antonella Interlenghi,
Carlo De Mejo, Giovanni Lombardo, Venantino Venantini, Daniela Doria, Fabrizio
Jovine, Michele Soavi, Luca Venantini, Enzo D’Ausilio, Luciano Rossi, Janet
Agreen, Lucio Fulci
Sinopsis: En la ciudad de Dunwich (la vieja Salem), en Nueva Inglaterra, el
suicidio de un cura en el cementerio del pueblo convierte en realidad una vieja
maldición ya anunciada en El libro de Enoch. Las puertas del Infierno se abren en
el día de difuntos de par en par y liberan una horda de zombis que salen de sus
criptas en busca de carne fresca... solo un avezado periodista junto una joven
médium que vio en una sesión de espiritismo l que iba a suceder tienen las
claves para evitar la hecatombe.
Comentarios: Es Fulci cien por cien y, ya sabéis, si no os gusta Fulci con
todos su inconvenientes y logros, pues no veáis esta película ni ninguna de la
suyas; es el Fulci con más enemigos que amigos, con gente que lo detesta y odia
más que un brote de colitis.
Su marca es un guion casi infame (guion en el que participa al por
mayor) pero en una puesta en escena
efectiva y directa al asco; como esa lluvia de gusanos sobre los cuatro
protagonistas (pobres actores los que trabajan o han trabajado con este
realizador), escena realizada de forma directa y sin aparentes efectos
especiales, gusanos directos sobre ropas y caras de nuestros amigos; el vomito
interminable de su propias vísceras en el coche; el taladro que vemos avanzar
como si fuese hacia nuestra propia cabeza...o esa chica enterrada viva...
Aquí se decanta por crear una atmosfera muy Lovecraftiana en una vieja
ciudad que puede estar en cualquier parte. Su marca esta en esos planos
impactantes, cortos, directos y rápidos
frente a escenas lentas y casi sin motivo. Llena de morbo, por la repugnancia
que provoca, por lo macabro y truculento....y los aficionados disfrutas con sus
excesos aun con cierta desazon.
Ya dije que el guion, como todos los suyos, no está muy trabajado o es eso
lo que quiere presentarnos, como un cuadro impresionista de manchones aislados
que, en conjunto, y a distancia nos representa una emoción olvidado: la
angustia, el grito de Munch, ciertas nauseas y, quizás, hasta la carrera hacia
el cuarto de baño para vomitar...Fulci hay que verlo sin prejuicios, sin lógica
o más bien con la lógica de una pesadilla tras un atracón de comida y bebida y
disfrutar de la violencia pura y dura, de lo fantástico sin cuento...
Aprobado alto, obra muy personal del mismo autor, con una atmosfera muy
conseguida y un desenlace de los mas "in"
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