LA GATA
SOBRE EL TEJADO DE ZINC de Richard Brooks.
1958. Drama. P: 8/10.
Director: Richard Brooks.
Intérpretes: Paul Newman (Brick), Elisabeth Taylor
(Maggie), Burl Ives (patriarca), Madeleine Sherwood (esposa de Gooper), Judith
Anderson, Jack Carson (Gooper, hermano de Brick),
Según obra
teatral del dramaturgo Tennesee Williams.
Sinopsis: Un
matrimonio en crisis, Brick y Maggie, se trasladan a la mansión familiar donde
se celebraran los 65 años del patriarca
de la familia, un hombre rico que se hizo así mismo de la nada. Allí se
encontraran con que está muy enfermo y desahuciado por los médicos. Y su
hermano que, aprovechando la coyuntura, intentara quedarse con la parte buena
de la herencia. En esto los problemas de Brick y Maggie que lo ansia, lo desea,
desea sentirlo dentro, un esposo, un
amante…
Comentario:
Una gran adaptación de la obra teatral del mismo nombre, una soberbia
adaptación. Es más lo que se insinúa que lo que se dice; los traumas homo están
presente, se insinúan, nunca se dicen, se sufren, están ocultos para los demás;
esta la bebida para ahogarlos y ahogarse en ellos buscando el no pensar.
Y esta la
tragedia familiar, donde no hay cariño, no hay confianza, no hay amor y, sin
ellos, tampoco hay el respeto debido a las personas.
Todo es un
teatro donde, debajo de la alfombra dorada (esa imagen de los niños tocando en
el aeropuerto para recibir al abuelo, bien instigado por la madre es única) hay
mucha miseria y tristeza. Son personajes solitarios, el abuelo que esta
amasando dinero, la abuela comprando cosas, amarrando a los hijo y la casa pero
también está sola. Brick está solo porque las dudas y la culpabilidad lo
hunden. Maggie está solo en busca de un esposo que está casi perdido. (Solo
esas confesiones en el sótano de la casa dignifican a los personajes y le
devuelven un poco de humanidad).
Los actores
están geniales, sobre todo la pareja protagonista pero, aun ellos, están
eclipsados por la figura de Ives, que les roba todas las escenas en las que está
presente. Esta inmenso, con un poderío y una capacidad histriónica poca veces
vista.
La direcciones
perfecta, buscando los clímax, acentuando el dramatismo de la acción y los personajes.
Esa escena ultima con Newman reclamando a Maggie y comiéndola con los ojos es
de escalofrió.
Una gran
tragedia griega en la América profunda, trasunto de las grandezas y miserias de
una joven nación que se hace a sí misma y olvida sus orígenes. (El momento del sótano
en el que el patriarca muestra orgulloso las compras que habían echo en Europa
a precio de saldo, tendrá que ponerse a abrirlas, las compro la madre, menos
mal que son ricos…)
Y ese
vestido blanco muy ceñido de la gata caliente….
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