EL MOTIN DEL CAINE de Edward Dmytryk.
(The Caine Mutiny) Según la novela de Herman Wouk.
Director: Edward Dmytryk.
Música: Max Steiner.
Fotografía: Franz Planer.
Interpretes:
Humphrey Bogart, Jose Ferrer, Van Johnson, Fred McMurray, Robert Francis, May
Wynn, Tom Tully, E. G. Marshall, Arthur Franz, Lee Marvin…
Sinopsis: El rígido capitán Queeg (Bogart) asume el
mando del navío de los Estados Unidos, el Caine, un viejo dragaminas, donde la
tripulación carece de disciplina, introduciendo cambios y restricciones a bordo
en contra de las opiniones del resto de los oficiales. Las medidas del capitán
llegan a tal extremo que la tripulación le llega a ver como un neurótico
peligroso.
Durante una tempestad, Queeg pierde el control de la
nave, y el segundo oficial le revela en el mando. Queeg le acusará más tarde de
ser el instigador del motín...
Comentarios: Una de esas grandes películas, cuando
el cine se transformaba en magia, cuando grandes actores descollaban haciendo
grandes personajes y entretenían al tiempo que contaban algo que valía la pena.
Era la era dorada de Hollywood.
La película con múltiples lecturas, gracias a un
epilogo sensacional y digno, una vuelta de tuerca a todo lo que nos han ido
presentado, todo lo que hemos visto y oído y que crea en su complejidad unas
puertas a la interpretación que, tal vez, no teneiamos en cuenta.
Toda esta magnifico. Los actores soberbios incluso
los más blanditos están en su sitio, el gesto justo, la mirada adecuada, el
talante preciso, el sentimiento perfectamente expresado de forma un tanto
contenida pero precisa. Destaca entre todos ellos un Bogart pleno, llenos de
matices, anguloso…atención a su escena de las fresas que se han volatilizado,
atención a sus ojos y el juego de manos…con el ese abogado encarnado por José
Ferrer que se sale en un par de escenas, esta inmenso sin quererlo, con ese
toque patriótico que sabiendo que el director fue uno de la caz de brujas pues
algo más nos dice; su última escena es quizás lo mejor del film, lo más denso,
el aire casi se corta con los dedos…
Un guion casi perfecto que adapta una novela
interesante, que engancha desde el primer momento (las pelis de guerra nunca me
han atraído de forma especial), manteniendo esa tensión que culmina con el
motín y su posterior juicio. Este lo retrata seco, serio, sin contemplaciones,
con el hundimiento de una héroe ante la mesa que juzga a otro oficial pero no
se queda ahí, no, no mete un epilogo de lo mejorcito, con Bogart ya fuera de la
pantalla, con ese abogado militar medio borracho cantando las cuarenta a todos,
a todos, a todos….
Las escenas del barco en alta mar están
espléndidamente rodadas, esa escora, esas olas inmensas, es quehacer diario
entre la tripulación…en esa época se hacían con maquetas de época pero aquí
consiguieron una gran verosimilitud, esta mas que lograda, hoy en día no se si
serian capaces de hacer algo así.
La película/novela plantea mucha preguntas de índole
moral, valdrían también fuera del ámbito militar, sobre la lealtad y respeto y
la responsabilidad de los a su mando; como no obedecer lo que está mal o es ilegal,
donde marcamos los límites de la obediencia debida, donde está la frontera de la
cordura…
Frases inolvidables: "Hay cuatro formas de
hacer las cosas, la correcta, la incorrecta, la de la Marina y la mía".
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