EL HIJO DE FRANKESTEIN de Rowland V. Lee.
1939. Ciencia ficción, Terror, secuela. P: 9/10.
Director: Rowland V. Lee.
Fotografía: George Robinson.
Intérpretes: Basil Rathbone (Baron Wolf Von Frankenstein),
Boris Karloff (el monstruo), Bela Lugosi (Ygor), Lionel Atwill (inspector
Krogh), Josephine Hutchinson (Baronesa Frankenstein), Donnie Dunaqan (Peter Von
Frankenstein).
Sinopsis: Aquí el último hijo del Dr. Heinrich Von
Frankenstein, Wolf (Basil Rathbone) vuelve a la propiedad de la familia para
encontrarse con el rechazo hostil de los aldeanos y con un misterioso y siniestro
personaje: Ygor (Bela Lugosi). Recibirá del alcalde del pueblo, en una fría recepción,
los papeles de su herencia que le dejó su padre. En esos papeles encontrara
ciertas pautas para proporcionarle vida al monstruo, que al fin y al cabo
después de tantos años, sigue con vida. Lo tiene Ygor escondido y al que
utiliza para vengarse de los que le mandaron a la horca por ser un “ladrón de
cadáveres”. Wolf tendrá que matar a Ygor y eliminar al monstruo que sano.
Comentario: Tercera película del ciclo Frankenstein de la Universal con Karloff en
el papel, por última vez, del monstruo. Con los mas que notables precedentes de
FRANKENSTEIN, 1931, y LA NOVIA DE
FRANKENSTEIN, 1935, ambas de James Whale, esta tercera no desentona a pesar del
cambio de director y de la perdida de la poesía de las anteriores. Sigue en la
senda de comedia negra y terror expresionista, pero, el monstruo no vuelve a
hablar, lo que lastra un tanto el film. Karloff se esfuerza y, con los mismos
gestos y gruñidos característicos de su personaje, rehace un monstruo patético,
extraño, inhumano y al tiempo próximo. Lugosi, en cambio, interpreta un Ygor
genial, quizás, en mi opinión, su mejor papel con mucho; crea al personaje que
va a perdurar, casi tan famoso como el monstruo. La mitomanía se engrosa con el
inspector Krogh que porta un aparatosa prótesis en lugar de su brazo derecho y
que hace una de las mejores escenas de la película con el niño en el comedor a
costa de la misma; la misma ironía cuando, al final, se enfrenta al monstruo
que le vuelve a arrebatar el mismo brazo derecho.
Esta película abrió un espectro de posibilidades tremendas,
es la que mas influyo, posteriormente, en la serie de grandes comics sobre el
personaje del monstruo o en esa joya que fue “El jovencito Frankenstein de Mel
Brooks” con un Wilde genial y Boyle sensacional en el papel del monstruo, como,
ademas, multitud de series televisivas desde La familia Munsters hasta los
Adams. La ambientación, esos árboles sin hojas retorcidos, negros, malignos;
ese árbol putrefacto que el monstruo aparta con una mano y desprecio…La
creación de Ygor, que en principio no aparecía en el guión, fue todo un
hallazgo, Lugosi borda el personaje que es realmente el protagonista del film y
el desencadenante de la nueva tragedia. Esa escena con Ygor tocando esa especie
de cuerno al tiempo que el monstruo realizaba sus asesinatos es genial. Hay
detalles que sobresalen cuando Ygor le dice a Wolf que en realidad el monstruo
y el son hijos del mismo padre, cuando le responde diciendo, mas bien
preguntando si son hermanos, le añade, mas tarde, su mismo padre, pero su madre
fue el rayo.
Los decorados son de fantasía, expresionismo puro. Las
sombras, los recovecos, los pasillos secretos…ese asesinato del farmacéutico en
el que la acción son solo sombras sobre la pared…una música puntuando clara y
brillantemente los momentos…esa nueva estética del monstruo con esa sobre
pelliza de pastor…esa explicación, hoy risible, sobre los rayos cósmicos ¿No os
suena de Los 4 Fantásticos?...el monstruo mas brutal, con mas fuerza y mas
ambivalente lo que se ve en esa escena con el niño al que coge y asoma al
cráter con el azufre liquido para ponerlo, finalmente, sobre la escalera.
Si, le falta la poesía de Whale pero es más película, hay más densidad de acción y de personajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario