EL
ANIVERSARIO de Roy Ward Baker.
1968.
Comedia negra. P: 8/10.
Música y fotografía:
Harry Waxman.
Interpretes: Bette Davis, Sheila Hancock, Jack Hedley,
James Cossins.
Sinopsis:
Tres hijos que trabajan en el negocio familiar de la construcción ayudan a su tiránica
madre a celebrar el aniversario de su marido
ya fallecido, cena de restaurante incluida.
En ele transcurso
de la velada cada uno de los hijos dará una mala noticia a la madre. Así el
joven lleva a su bonita prometida. El mediano le comunica que se irá a Canadá
con toda su familia. El mayor sigue con su perversión de la ropa femenina.
Pero la
madre no querrá dar su brazo a torcer n i a romper el equilibrio de poder que
ella lleva.
Combatirá de
forma feroz a las mujeres de sus hijos, así a una le dice que se siente en otra
parte porque su olor la ofende o el beso sensual a su hijo menor a la vista de
todos, novia incluida.
Comentarios:
El mejor humor negro de la cinematografía inglesa unido a una de las grandes
del cine de todos los tiempos, la mala
por antonomasia, Bette Davis en esta ocasión
con parche incluido que se come a la cámara, a los demás actores, al
guion y al director, este crudo y sin
salpimentar (Curioso que un año más tarde John Wayne, parche incluido consiga
su óscar por Valor de Ley). Bette Davis esta inmensa, genial, histriónica,
dominadora de la escena, del gesto y de la palabra y esa escena final con ese
juguete y riendo es que da miedo de verdad.
Irrepetible
Bette Davis.
Comedia
feroz, cinismo a flor de piel, mala leche a raudales.
Un guion
trabado, cortado y ensamblado a cuchillo, disecciona la locura dentro de una
familia y de los entresijos interiores, de cómo el poder de la madre/padre esta
más allá de todo y alguno no logran sobrevivir. El poder, la dominación como
una droga y sobre todo sobre la gente que “te quiere” y por ello no te pueden
hacer daño. Ahí está el meollo de esta película, el poder del amor de unos
hijos que quieren y no pueden con el yugo de su madre que los utiliza, los
explota, los daña, los tortura síquicamente… ¿síndrome bipolar?...parece más
bien maldad, simplemente la maldad de una persona perversa incapaz incluso de
tener cariño por su propia prole.
La reunión
familiar entorno al cuadro del difunto padre es de traca, o esas actuaciones
posteriores…
Un producto
de la Hammer, un director clásico, una película que esta cuidada hasta en sus
mínimos detalles. No es para todos los gustos y con unos resultados
estremecedores y agridulces.
La casa es
otro de los personajes de la cinta, uno más, con puertas cerradas y otras
abiertas, con rincones, armarios que guardan y exponen historias…casi un museo
del horror y la dominación.
Geniales las
conversaciones de la joven con el hijo mayor sobre ropa y demás, una delicia de
escenas contenidas, tiernas incluso, escabrosas por supuesto. Hoy no darían
para mucho pero en esos tiempos…
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