El demonio de Brunello Rondi.
1963. Terror, drama, costumbrista. P: 7/10.
Director y guionista: Brunello Rondi
Música: Piero Piccioni
Fotografía: Carlo Bellero (B&W)
Intérpretes: Daliah Lavi, Frank Wolff, Anna María Aveta, Tiziana Casetti,
Dario Dolci, Franca Mazzoni, María Teresa Orsini, Rossana Rovere
Sinopsis: En la región de Lucania, Italia, una joven, Purí, está poseída
por el demonio de una locura de amor por un hombre del pueblo, Antonio.
La ignorancia familiar y después la de sus convecinos hace que la muchacha
sea golpeada y humillada continuamente. Sus terribles gritos nocturnos hacen
que sus padres acudan primero al curandero del pueblo y después al sacerdote
para intentar un exorcismo.
Sera expulsada por bruja del pueblo y terminara en un convento de monjas
que intentaran ayudarla.
La vuelta será terrible.
Comentarios: "Tienes metido el demonio en el cuerpo", frase que
resume muy bien este film triste y bello a la vez. Esta vez no por bromas de
mal gusto o el no pararte quieto si no por amor, un amor que lleva a la locura
Un autentico documento de tradiciones y supersticiones en una región
agrícola y ganadera de la Italia profunda; donde conviven de la mano la
religión y la superchería de viejos mitos y viejas recetas, pócimas incluidas
como hacer beber al propia sangre de una para así hacer que el hombre que
quieres teste atado a ti por siempre jamás; o el rito de la alcoba para los
recién desposados o el del alejamiento de la nubes tormentosas...
Lo malo es que , aun metida en el saco de las películas de terror y
posesiones, una cierta tendencia marca sobre un caso extremo de
"encoñamiento", un amor loco y brutal que trasciende la normalidad en
una mujer que digamos es un tanto histérica y lo lleva fuera de los límites
normales.
La escena con el curandero es lo que es y el exorcismo en la propia iglesia
queda retratado como lo que es, dentro de una sepsia de medios impresionante,
impresiona a pesar de lo sencillo y trágico de narrarlo.
Queda, por contra, la presencia de la actriz protagonista, su innegable
belleza, sus ojos hipnóticos como es bicho raro en el pueblo, todos actores no
profesionales, gente de la tierra, gente que vive esas tradiciones año tras año
y que se meten en la mirada escrutadora de la cámara en blanco y negro de Carlo
Bellero.
Una película para volver a ver y aprender de ella.
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