La tutora de William Friedkin.
1990. Terror,
thriller. P: 7,5/10.
Director y
guionista: William Friedkin
Fotografía: John
A. Alonzo
Interpretes: Jenny Seagrove (Camilla), Brad Hall, Miguel Ferrer, Dwier Brown (Phil), Natalia Nogulich, Carey Lowell (Kate).
Sinopsis: Una
joven pareja (Phil y Kate), que acaba de instalarse en la ciudad con su bebé
(Jake), necesita una niñera que cuide de su hijo mientras ellos estén ausentes.
Se ponen en contacto con la agencia "El ángel guardián", que les
envía a tres candidatas. Aunque seleccionan a la primera de ellas, se tendrán
que conformar con la segunda, ya que la elegida ha sufrido un inoportuno
accidente de bicicleta. En cualquier caso, Camilla, la nueva niñera, parece un
ser angelical capaz de cautivar a cualquiera y la relación entre el bebe y su
niñera es casi mágica, enseguida se compenetran y se entienden.
Pero las
apariencias, a veces, engañan.
Comentarios:
Adaptación de la Novela "The guardian" de Dan Greenburg.
Muchas críticas
más bien negativas casi todas relativas al guion, que si confuso, que si malo a
rabiar, que si no se pusieron de acuerdo los tres guionistas y ha sido un
desastre. No lo entiendo y así, todo queda demasiado cerrado en esas líneas escritas
en la pantalla justo al comienzo; es más, en casi todas las civilizaciones el
árbol, el bosque, está dentro de sus mitologías y creencias, sobre todo en la
celticas y nórdicas europeas. Quedan rescoldos aun como ese árbol delante de la
iglesia del pueblo, o en la plaza principal del mismo, o esos lugares donde se
juraba obediencia o deber...en fin, que nadie se escapo de la magia de los
mismos.
La producción es
muy buena e innovadora para esos lejanos 90 con una banda sonora magistral,
bellísima y ligeramente arcaica, la fotografía mágica y surrealista de John
Alonzo plena de juegos de sombras y luces en la mas clásica tradición del cine
(la escena de la cara de Camilla con esa luz que le refleja los ojos...), un
ambientación conseguida con ese chalet moderno pero cercano al bosque
primigenio. Y con un final a lo grande, brillante, exagerado y aparatoso pero
brillante.
Hay escenas
soberbias, rayando en el gore brutal.
Los actores,
sobre todo ese cuarteto esta inmensos; la mala atractiva y mágica encarnada por
Jenny Seagrove es uno de los grandes descubrimientos de la película; la pareja
de padres angustiados bordan sus papeles en los diferentes estado de felicidad,
confianza o, al final de angustia y miedo; el bebito lo que ha sufrido, menos
mal que los muñecos están más que conseguidos....
Ojo a la escena
de los tres pandilleros salvajes. Ojo al final, lo repito.
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