martes, 24 de septiembre de 2013

X-files. Creer es la clave de Chris Carter.


X-files. Creer es la clave de Chris Carter.

2008. Ciencia ficción/terror/thriller. P: 7/10.

Director: Chris Carter.


Interpretes: David Duchovny, Gillian Anderson, Adam Godley, Amanda Peet, Billy Connolly, Callum Keith Rennie.

Música: Mark Snow.

Sinopsis: Una mujer del FBI desaparece en una población rural de Virginia. Un ex sacerdote que tiene "visiones" mandará a la policía a un lugar concreto, donde encontrarán una fosa con un brazo de hombro amputado.

El FBI pedirá ayuda a Mulder pues se escapa a los casos que pueden dominar y conocer.

El sacerdote es ex-un cura condenado por pedofilia y las dudas llenan a Scully que lo considera un farsante y un ser despreciable.

Pronto desaparecerá otra mujer con un nexo común con la otra y, de nuevo por una visión, aparecerán otras fosas con trozos de cuerpos humanos congelados que parece ser un tema de trasplantes de órganos ilegales, un tráfico y un uso para un experimento médico secreto y que puede tener relación con las mujeres desaparecidas...

Comentario: Nos dan un telefilme alargado de la serie, fuera de la línea argumental de la conspiración, un episodio de monstruos que son, por desgracia, humanos. Y es que el hombre es el mayor depredador para sus congéneres.

Vuelven Mulder y Scully y, al final, Skinner en una aparición sorpresa y que es de agradecer. Pero Mulder sobra, está fuera de todo como personaje y como actor. Scully en cambio esta soberbia, ha envejecido mejor y su personaje es un monumento de matices, de contradicciones de alma atormentada como una heroína griega que se enfrenta a los dioses vengadores.

Y faltan Doggert y Reyes, son los que debieran estar aquí, era su aventura en la gran pantalla pero los añorantes de la parejita mandan, tickets vendidos son buenas razones y el verlos en la cama vende mucho, aunque solo sea por unos cuantos segundos.

Con un guion muy inteligente, es lo mejor con un tratamiento de la violencia y del terror que se escapa de la pequeña pantalla y que, aquí, se le da vía libre, no desentona y eleva el nivel de la cartelera veraniega. Y es poco sobrenatural salvo las visiones y cripticas frases del ex sacerdote, todo se acerca más a la ciencia ficción aprovechando el tirón de la investigación con células madre y el tema de los límites en los trasplantes.

La escena inicial es sensacional que eleva mucho el nivel y, claro, algo tiene que bajar imposible de mantener ese clímax, esa tensión estética, por cerca de dos horas.

El leit motiv de la película para mi es Scully y su actitud ante la vida y su trabajo y sus creencias. Un personaje más que Unamuniano, en la línea de Martin Bueno. Creyendo el que no cree y el que no cree, de verdad cree. Porque la película es sobre la fe, el creer o el no creer; las dudas sobre la propias creencias y las dudas sobre el dolor y el sufrimiento en la tierra. Y la continuidad de la vida en pareja, el no volver atrás sin retorno que es en lo que Mulder se ha metido como el bien se lo dice, siempre fue así y siempre será así.

Como regalo a los fieles de la serie están esas escenas de los dos en la cama, esas discusiones conyugales, ese gran beso esperado, ese nombrar añorando a Williams, esos lápices en el techo, el nombrar a Samantha, el poster de siempre, la aparición de Skinner,…

Un personaje sensacional desaprovechado es el de Amanda (Dakota), efectiva, de armas tomar al que del dan un final demasiado plausible y fácil lo mismo que esa trama secundaria con el niño enfermo y terminal, con una enfermad incurable. Aquí aparece una de las incongruencias pueriles de la peli con Scully consultando temas serios de las células madre por ¡internet! Si bien la escena de la primera intervención operatoria está muy lograda.

Esa frase de Scully: “Que me pasen con alguien del FBI que tenga pelotas para hacerlo”, para dar paso a Skinner y, reconozco, que los espectadores conmigo lo han recibido con alborozo y alegría, un viejo amigo que regresa. Mejor recibido que los propios personajes principales.

Los malos, pues una pareja un poco ambivalentes, parecen sobrehumanos y al final no son más que dos tratantes de órganos tratando de salvar a uno de ellos a base de operaciones mas de Cienciaficcion que de otra cosa (el que los medicos/monstruos/Frankenstein sean rusos es de traca...de Valencia, claro, o de otras intenciones...

Un final sorpresa tras los títulos, no perderlos.

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