LOS MUERTOS
ANDAN DE Michael Curtiz.
1936.
Thriller sobrenatural. P: 8/10.Director: Michael Curtiz.
Fotografia: Hal Mohr.
Interpretes: Boris Karloff, Ricardo Cortez, Edmund
Gwenn, Marguerit Churchill, Warren Hull, Barton MacLane, Henry O’Neill, Joe
King, Addison Richards, Paul Harvey, Robert Strange, Joe Sawyer.
Sinopsis: Un
condenada a muerte por asesinato, John Ellman, un pobre hombre que acaba de
salir de la cárcel por un crimen cometido al que han metido en una trampa y que
le cuelgan la muerte de un juez…es revivido por un científico…Comentarios: Llevaba tiempo tras esta película, por un lado el director Michaal Curtiz (El ídolo, El doctor x, Esclavos de la tierra, El capitán Blood, La carga de la brigada ligera, La mujer marcada, Kid Galahad, Robín de los bosques, Ángeles con caras sucias, Dodge ciudad sin ley, La vida privada de Elizabeth y Essex, Camino de Santa fe, El halcón del mar, “CASABLANCA”, Vida con mi padre, Sin sombra de sospecha, El trompetista, El rey del tabaco, La fuerza de la armas, El hombre de bronce, The jazz Singer, Blanca Navidad, Sinuhe el egipcio, No somos ángeles, El barrio contra mí, Los comancheros) todo un director clásico con autenticas obras maestras y que le daba a todo.
Por otro ese
genio de la escena que es Boris Karloff, el inolvidable intérprete de El doctor
Frankenstein, La momia, La máscara de Fu Manchu, Scargate, Satanas, El cuervo,
Mr. Wong, El héroe anda suelto, etc…
Juntos
rodaron esta peliculita en 1936, una hora escasa y que, sin embargo, gracias a
un guion de hierro forjado a mano y a un montaje conciso, trepidante y maestro,
realizan un pequeña obrita mayor, una película de culto y un obra maestra, casi
inclasificable pues se trata de un thriller sobrenatural con toques de ciencia
ficción, con homenajes evidentes a las películas de “El doctor Frankenstein” y
a “La novia de Frankenstein que acaba de rodar Boris. Ya digo casi inclasificable.
Empieza como
una historia de mafiosos, un thriller, con un perdedor, músico antes, que será
ejecutado por un crimen que no cometió (thriller judicial) en un juicio más que
rápido y brutal con un toque sardónico. Los dos jóvenes intentan, en último
momento, parar la ejecución pero no lo consiguen (la escena de la petición de
la música para su ajusticiamiento es genial como toda la misma que presentimos,
que nos escamotean pero la música, ¡ah!, la música, con escenas cortas en el
despacho del doctor tratando de hacer las llamadas oportunas pero la bajada de
la luz cuando el celador) pero, con
ayuda del doctor lo reviven en una de esas escenas de laboratorio tan en boga a
causa de la nombrada “El doctor Frankenstein”. Revivido se convierte en una
especie de zombi primero (solo reacciona a las cosas que le apasionaban como la
música) y se transforma en un vengador que conoce más de lo que debiera saber.
Y así después del concierto (increíble los movimientos de cámara, esa mirada
que aparece iluminar el rostro de los mafiosos y su marcha apresurada de la
salas, esa iluminación obsesiva y densa que corta el resuello y da una fuerza
inusual a los ojos de Boris) se le aparece a
Trigger, el asalariado, en una lucha mas dialectal que otra cosa, el
avanzando con las mano en alto que parecen un terrible amenaza, el otro con la
pistola presto a disparar “ No puede volver a matarme” y yendo de espaldas se
cae y se dispara accidentalmente con la gran sombra de Boris reflejada en las
paredes…sombra que volverá a verse cuando
se va por la escalera del edificio…¡que escena! Tan expresionista, tan simbólica,
tan llena de encuadres y encuadres, montajes cortos, los ojos de Boris…
La segunda,
sugerente y efectiva, es con el encuentro con Blackstone cuando este pretende
huir cogiendo el tren, aparece Boris y tratando de escapar es arrollado por el
tren (la escena siguiente con los mafiosos en la tienda de flores y encargando
unos ramos es genial y cómica, disparatada).La tercera el hombre todo acobardado quiere coger una silla para atacarle y tiene un ataque, de corazón supongo, y termina cayendo por la ventana a la que hace añicos…
Aquí un
receso en una escena calma en la que Ellman/Boris en el cementerio le dice a la chica que está allí porque está en
calma, “es su sitio”, pero presiente la llegada de los otros dos que quedan y
sale a la lluvia…lo matan a tiros y en su huida pierden el control del coche y
se estrellan bajo las cables de alta tensión…antes Ellman/Boris muere tranquilo
sin revelarle al doctor el secreto de la muerte en una de esas escenas antologías
mas por su sencillez y emotividad…
“Deje los
muertos a su Creador”“Dios Nuestro Señor es un Dios celoso”
Una pequeña maravilla, una delicia de música que nos acompaña en los misterios de la vida y de la muerte, un montaje soberbio lleno de lirismo y vertido, unos actores, sobre todo Boris, en unas actuaciones inolvidables…y a destacar, como era propio de Michael, una iluminación y fotografía (recordar la escena del concierto de piano) muy europeas, clásica y artística, jugando con las sombras como amenaza y misterio, rozando el expresionismo.
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