A LATE QUARTET de Yaron Ziberman.
2012. Drama, música. P: 8/10.
Director: Yaron Ziberman.
Música: Angelo Badalamenti.
Fotografía: Frederick Elmes.
Interpretes. Philip Seymour Hoffman (2º violin), Catherine Keener
(viola), Christopher Walken (Chelo), Imogen Poots, Wallace Shawn, Mark Ivanir
(1º violin), Madhur Jaffrey, Liraz Charhi.
Sinopsis: Mientras un cuarteto de cuerda denominado
"La Fuga" prepara un concierto para celebrar su 25º aniversario, a
uno de los músicos le diagnostican la enfermedad de Párkinson. Al tiempo
empiezan a aflorar viejos problemas... casi los mismos que en cualquier familia
que se precie...
Comentarios:
Una pequeña y brillante joya, un bombón sorpresa que se desparrama con un sabor
casi único, una pequeña delicatesen con la omnipresencia etérea del genio de
Beethoven que sobrevuela en todas las escenas sobre todo en las que los cuatro
protagonista están juntos. Bien arropados por fragmentos de música clásica y una banda sonora genial del siempre genial Badalamenti.
Si
Christopher Walken esta increíble, como pocas veces lo ha hecho, configura un
personaje limite y en sus límites, ya en el final de su vida musical y lo sabe,
lo nota, lo sufre...pero es que Seymour esta inmenso, superándose a sí mismo de
forma contenida, aportando su gran humanidad en todo momento, humanidad y
fragilidad... pero es que Catherine
Keener configura uno de los personajes más humanos que he visto, en un papel
complejo y difícil: esa madre que no lo
ha hecho muy bien, la mujer engañada por su marido, etc.... y la cuarta pata,
la del desequilibrio, el excepcional Mark Ivanir que cumple de forma más que
notable, no pierde ni comba en ningún momento...con ellos una dulce y alegre , Imogen
Poots, la juventud, la belleza radiante y con futuro...no nos olvidemos de la
aportación del siempre efectivo y familiar Wallace Shawn.
Compleja la elección de los temas
musicales, los últimos cuartetos del genial sordo y de una complejísima
ejecución..
Atención especial a la escena de la
tasca, con canción y baile flamenco, canción desgarrada y racial, llanto de
guitarra, pasión de mujer latina, como
un contrapunto emotivo a la perfección obsesiva del músico clásico que incluso
dejara olvidado su "aparato"...
Final abierto a todo, sobre todo a la
esperanza, al amor, a la música, a la familia, a los sentimientos...
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