Los relojes (TV) de Charlie Palmer.
2009. Drama, thriller, intriga, espias, telelfilm, Christie. P: 8/10.
Dirección: Charlie Palmer.
Música: Christian Henson
Fotografía: Peter Greenhalgh
Interpretes: David Suchet
(Hercule Poirot), Olivia Grant, Anna Skellern, Tom Burke, Andrew Havill, Victoria Wicks, Jaime Winstone, Sinead Keenan, Lesley Sharp, Anna Massey (Miss
Pebmarsh), Phil Daniels
(Inspector Hardxastle), Ben Righton, Beatie Edney, Abigail Thaw, Guy Henry, Geoffrey Palmer, Phoebe Strickland, Isabella Parriss, Tessa Peake-Jones, Jason Watkins, Stephen Boxer, Andrew Forbes, Frances Barber.
Sinopsis: Colin Lamb, teniente de la marina inglesa y agente del servicio
secreto, se encuentra investigando la trágica muerte de su novia, cuando
tropieza en la calle con Sheila Webb. La chica le explica que un hombre ha sido
apuñalado en casa de la ciega señorita Pebmarsh, donde acudió pues trabaja de
mecanógrafa y con cuatro relojes en la estancia que marcaban las 4:13. Para
aclararlo todo, Colin Lamb Lamb no duda en pedirle ayuda a Hércules Poirot.
Dos tramas simultáneas que se enredan y forman una sola, y que atrapan el
interés del espectador y lo mantienen en vilo.
Comentarios: Una adaptación televisiva de la novela de Agatha Christie del
mismo título que sorprende por su fidelidad a la misma y unas actuaciones
brillantes de todo el elenco como el la composición de Anna Massey como la
vieja ciega en cuya casa aparece el cadáver, o el de Phil Daniels componiendo a
un inspector de policía comprometido pero corto de vista, o Lesley Sharp...con
personajes realmente curiosos como la señora de los gatos, la pareja de media
edad que han heredado.
Lo curioso del caso es que nos mete dos historias que no tienen nada que
ver, entremezclándolas, confundiéndolas para un final genial y sorprendente
como todos los de esta autora.
La realización es digna de la dama del crimen, se nota el respeto que le
tienen, el cariño como acometen estas adaptaciones sin escatimar en gastos y en
detalles: ambientación de la época en todos los aspectos como muebles, casas,
etc..., peinados, tocados, vestuarios, coches, armas, música...y una fotografía
brillante y naturalista, deliciosa.
Como siempre Suchet compone aun gran
Poirot, se mete en su piel como un camaleón.
El tema del espionaje queda como un poco fuera de moda pero está bien
trazado en aquellos tiempos.
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