Hasta el último hombre de Mel Gibson.
2016. Bélico, biopic. P: 8,5/10.
Director: Mel Gibson
Música: Rupert Gregson-Williams
Fotografía: Simon Duggan
Interpretes: Andrew Garfield, Sam Worthington, Hugo Weaving, Vince Vaughn,
Teresa Palmer, Luke Bracey, Rachel Griffiths, Richard Roxburgh, Matt Nable,
Nathaniel Buzolic, Ryan Corr, Goran D. Kleut, Firass Dirani, Milo Gibson, Ben
O'Toole, Richard Pyros, Robert Morgan, Dennis Kreusler, Michael Sheasby, Ben
Mingay, Damien Thomlinson, Nico Cortez, Darcy Bryce, Roman Guerriero
Sinopsis: Narra la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que
participó en la batalla de Okinawa, en el Pacífico durante la II Guerra
Mundial, y se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia
estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso tras salvar a mas de
75 de sus compañeros.
Críticas: Ya el comienzo es una apoteosis de lo que es la guerra y sus
desastres; nos mete en una brutalidad salvaje y destructiva, no esconde planos de sangre, mutilaciones,
muertes, explosiones o esas ejecuciones sumarísimas en medio de la batalla
(rematar al enemigo caído)...todo como un reflejo del carácter pacifista del
involuntario protagonista (por salvar hasta salva a dos japoneses)
Película unipersonal de Desmond Doss magníficamente interpretado por Andrew
Grafield que me pareció machismo a Tony Perkins tanto en físico como en estilo
de interpretación. De nuevo ese contraste pues al otro lado de la misma además
es una película coral, llena de muy buenos actores tanto en los roles
familiares como en los de los soldados que le acompañan.
Gibson pone toda su fuerza y convicción en las escenas y con ese toque de
sermón, de moralina que impregna todo lo que hace; nueva contradicción (suya
propia en este caso) en este realizador.
El meollo son esas escena finales de un batalla que fue brutal, en unas
escenas que no dejan que apartemos los ojos de la pantalla, que sigamos la
odisea de unos hombres en medio del caos y la destrucción. Una de la mejores
películas bélicas de la historia del cine y una de las mejores d este años.
¡Ojo a la escena de los túneles...! Soberbia.
Dura, muy dura. Muy gore incluso.
Grandes maquillajes, escenas soberbias (Me gusto especialmente esa lengua
de fuego en los túneles llevando a todo por delante, ese suicidio ritual de los
mandos japonés, como fue recibido por los soldados abajo, esos soldados
esperando su oración para subir....), una pirotecnia de primer orden.
Y una utilización de la música increíble (Rupert Gregson-Williams) como solo
uno de los grandes directores clásicos haría.
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