AL FINAL DE
LA ESCALERA de Peter Medak
( THE
CHANGELING)
1979. Terror.
P: 8/10.
Dirigida por
Peter Medak
Guión:
Russell Hunter, William Gray y Diana Maddox
REPARTO ( y
papel) : George C. Scott (John Russell ), Trish Van Devere (Claire Norman), Melvyn
Douglas (Senator Joseph 'Joe' Carmichael), Jean Marsh (Joanna Russell), John
Colicos (De Witt), Barry Morse (Parapsicólogo), Madeleine Sherwood (Mrs.
Norman), Helen Burns (Leah Harmon), Frances Hyland (II), (Elizabeth Grey), Ruth
Springford (Minnie Huxley), Eric Christmas (Albert Harmon), Roberta Maxwell (Eva
Lingstrom), Bernard Behrens (Profesor Robert Lingstrom), James B. Douglas (Eugene
Carmichael), J. Kenneth Campbell (Guardia de seguridad)
Música: Rick
Wilkins
Argumento: Después
de perder, en un accidente de coche, a su esposa y a su hija John se va a vivir
a Seattle, donde dará clases de música. Se instalara en una vieja casa. Al poco
de instalarse comienza a oír extraños ruidos, susurros, puertas que se abren y
cierran solas, y una música bella y decadente y obsesiva, una pelota rebotando
por las escaleras y que volverá como queriendo jugar con él. Encontrara el ático
donde aparentemente vivió un chico tullido, con su mini silla de ruedas, sus
soldaditos de plomo y su caja de música. Hará una sesión de espiritismo, en la
que hablara “Joseph” el niño asesinado cuyo cuerpo encontrara, mas tarde, en un
pozo debajo de la habitación de una niña con pesadillas….y encontrara la
medalla del crio que le abrirá la puerta al peligro palpable de una persona
poderosa.
Critica: Gran película, no solo en la fotografía que es notable, en una música perfecta en cada escena, el ambiente general y destacando las imágenes interiores de esa vieja casa con personalidad propia, el interés de una historia que nos va cazando y atrapando en una espiral de misterios y fantasmas muy viejos, esa lentitud buscando el ritmo preciso que encita esta historia y estos personajes, esos instantes mágicos que cada uno constituye casi una escena más que notable (sueños, visiones) , destacando unas actuaciones sobrias y convincentes de las que sobresalen con luz propia las de George Scott y la de Melvyn Douglas.
Critica: Gran película, no solo en la fotografía que es notable, en una música perfecta en cada escena, el ambiente general y destacando las imágenes interiores de esa vieja casa con personalidad propia, el interés de una historia que nos va cazando y atrapando en una espiral de misterios y fantasmas muy viejos, esa lentitud buscando el ritmo preciso que encita esta historia y estos personajes, esos instantes mágicos que cada uno constituye casi una escena más que notable (sueños, visiones) , destacando unas actuaciones sobrias y convincentes de las que sobresalen con luz propia las de George Scott y la de Melvyn Douglas.
Muy buena, de
formato clásico, sin artificios, sin escenas gore, sin abuso de efectos
especiales ni sustos sin venir a cuento, sugiriendo siempre en una atmosfera
invisible y sutil que te atrapa en un guion casi perfecto.
Un montaje
que lo firmaría cualquiera de los grandes realizadores, la transición entre
escenas, el ritmo, todo, una pequeña maravilla.
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