Un americano en París de Vincente
Minnelli
1951. Musical, romantica. P:
8/10.
Director: Vincente Minnelli
Música: George Gershwin
Fotografía: Alfred Gilks
Interpretes: Gene Kelly,
Leslie Caron, Oscar Levant, Georges Guétary, Nina Foch, Ernie Flatt, Alex
Romero, Dickie Humphreys, Charles Mauu.
Sinopsis: Terminada la Segunda Guerra Mundial, Jerry Mulligan (Gene Kelly),
un pintor americano, se queda en París y expone sus cuadros, que nadie compra,
en Montparnasse.
Un día tiene la suerte de conocer a
una americana millonaria que decide promocionarlo. Pero al mismo tiempo, conoce
a una dependienta y se enamora de ella.
Comentarios: Una obra maestra del cine, un gozoso y colorista musical con
un Gene Kelly maravilloso y que, además, fue, en su momento multi-premiada de
forma más que merecida.
Todo un canto al amor y a Paris, al autentico Paris de cabarets, de glamour,
del rio Sena cantando a la vida, de la vida bohemia, de las canciones y el vino
que corre de copa en copa, de bailes y de alegría, de la Torre Effiel
presidiendo todo el espacio, de las parejas abrazadas, de los niños jugando y
los comercios llenos de colorido...y todo eso en unos grandes estudios
americanos (solo dos escenas, al aparecer se rodaron de forma directa en el
Paris mítico)
Advertencia: ver "Un americano en París" transmite ganas de
bailar... y de vivir.
Los números musicales todo un acierto con la impresionante música de George
Gershwin...comienza con esa presentación ideal de los dos amigos en el café,
escena llena de elegancia y magia, encantadora y muy bella. Hay dos escenas
oníricas que son de lo mejor del film (En la primera Oscar, el pianista y
soñador, recrea el concierto en Fa en la
que él es el director, el solita, los violinista y...hasta el público
enfervorizado), pero sobre todo la ultima con una recreación de Gene increíble
con esos cuadros y personajes clásicos
ya en movimiento (de nuevo Toulouse, Rousseau, Degas...), con ese toque
de humor francés y una coreografía sensacional, toda una escena que dura cerca
de los quince minutos pero ¡qué minutos!, perfectamente coreografiado, bien
planteada, llena de miles de pequeños símbolos parisino, de detalles a cual
mejor, con unos escenarios surrealista y bellos (destacando esa fuente mágica) sugerencia a miles, con un montaje soberbio
digno del mejor Minelli. No nos olvidemos de Gene rodeado de niños cantando y
bailando "I got rythm", realmente delicioso.
Los decorados que nos traen a los mejores cuadros y formas de Toulouse
Lautrec, de forma muy libre, todo un mundo de luz y color...
Todos están sensacionales y destacaría al pianista, el eterno becario, un
Oscar Levant que lo borda tanto en su escena en solitario como en sus dúos con
el amigo Gene; habría quien insinuaría alguna cosas más entre ellos tal como se
siguen, se miran , se hacen cómplices.
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