La familia Addams. La tradición continúa de Barry Sonnenfeld.
1993.
Fantástico, comedia de terror, secuela. P: 7/10.
Director: Barry Sonnenfeld
Música: Marc Shaiman
Fotografía: Donald
Peterman (AKA Don Peterman)
Interpretes: Anjelica Huston, Raúl Juliá, Christopher Lloyd, Christina Ricci, Joan Cusack, Carol Kane, Jimmy
Workman, Carel Struycken, David Krumholtz, Christopher Hart, Dana Ivey, Peter
MacNicol, Sam McMurray, Nathan Lane, Peter Graves.
Sinopsis: Fue
amor al primer susto cuando Gomez y Morticia acogieron a un nuevo miembro en el
grupo familiar, Pubert, su delicado, blandito y bigotudo niño.
Fue entonces
cuando Fétido se enamoró de la voluptuosa niñera. Pero tras algunas
investigaciones, Miércoles y Pugsley descubren que la “inocente” niñera es en
realidad una viuda negra asesina que planea añadir a Fétido a su colección de
maridos muertos.
Comentarios: Un
secuela que es mejor que la original, esta es una de esas excepciones pues
vuelve al concepto propio de la vieja serie, los contrastes entre la familia y
sus costumbres con la sociedad de fuera, al nuestra. Aquí podemos decir que
segundas partes fueron buenas y mejores.
Así los dos
niños son enviados a un campamento cursi y elitista donde están como peces
fuera del agua y el final casi se adivina o presiente. La familia, por otro
lado, se ve contrastada por una "viuda negra" (una increíble y
magnifica Joan Cusak que se sale de la pantalla, malísima, malísima, bellísima,
perversa, divertidísima...incluso en la escena en que termina lo borda...) que
se casa con el tío fétido para quedarse con su fortuna, después de matarlo, por
supuesto; una familia macabra con una autentica monstruo.
Sigue Gomez
(Raul Julia), sigue Morticia (Anjelina Huston), sigue Miércoles (Christina
Ricci), sigue Tio fetido (Christopher Lloyd), sigue Pugsley (Jimmy Workman),
sigue Largo (Carel Struycken), etc...
La producción es
de primera, destacando de forma notable los maquillajes y la caracterización de
los personajes. La fotografía es excelente, perfecta. La música cumple más de
lo necesario. Los efectos especiales son de primerísimo orden. Los diálogos son
chispeantes, divertidos y con más de una lectura, algunos con esa doble vuelta
de tipo sexual.
Sigue brillando
con luz propia una Christina Ricci, prodigiosa actuación y caracterización,
sobre todo cuando le sale esa primera sonrisa que da mucho miedo, pero que muchísimo
miedo...Y tenemos que volver a Joan Cusak con momentos brillantísimos como esa
entrada en la casa, ese monologo final cuando va a electrocutar a toda la
familia, la escena de la cama...
Recuerdo las
escenas de los esfuerzos de los dos críos para acabar con el recién nacido, una
pasada...una pasada que te deja con los pelos de punta y un nudo en la garganta
y, encima, a punto de saltar de la silla...
Una pasada.
¡Ojo a la escena
final homenajeando a "Carrie de Brian de Palma!
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