sábado, 16 de septiembre de 2017

En cartelera: Los misteriosos asesinatos de Limehouse de Juan Carlos Medina.


Los misteriosos asesinatos de Limehouse de Juan Carlos Medina.

2016. Thriller, terror. P: 7/10.

Director: Juan Carlos Medina

Música: Johan Söderqvist

Fotografía: Simon Dennis

Interpretes: Bill Nighy, Olivia Cooke, Douglas Booth, Daniel Mays, Eddie Marsan, María Valverde, Sam Reid, Morgan Watkins, Adam Brown, Peter Sullivan, Amelia Crouch, Damien Thomas, Mark Tandy, Michael Jenn, Simon Meacock

Sinopsis: Londres, 1880.

Una serie de brutales y rituales asesinatos sacuden el ya de por sí peligroso distrito de Limehouse, y los vecinos comienzan a conjeturar que tan monstruosos crímenes solo pueden ser obra del Golem. Desesperada, la policía pone al experimentado detective Kildare al frente de la investigación y, también, como cabeza de turco si todo sale mal y no lo capturan.

Comentarios: Interesante adaptación de la novela de Peter Ackroyd.: "Dan Leno and the Limehouse Golem (1994)"

Me encanto.

Una ambientación de matrícula de honor, la recreación de ese Londres victoriano con sus calles llenas de una variopinta mezcla de gentes, sus garitos, sus teatros, sus cárceles; bien añadido todo lo que es la iluminación, sucia, decadente, configurando sombras amenazadoras (curioso el contraste de la misma en la calles y casa y la del teatro)...y recogida por una fotografía excepcional. Añadir a todo esto un vestuario de Oscar y mas, increíble. Me trajo, en este aspecto, ecos de la siempre increíble e inolvidable productora Hammer.

Actores soberbios. Olivia Cooke como Lizzie esta esplendida, bella y dramática. Bill Nighy como el inspector Kildare esta soberbio, esplendido. Maria Valverde es una talento natural y como tal nos muestra todos sus encantos. Eddie Marsan como "Ucle" lo borda en las pocas escenas en que aparece. Otro trabajo soberbio es el de Douglas Booth como Dan Leno, histriónico, camaleónico, lleno de recursos...y el resto del elenco, todos tiene como mínimo su escena.

La trama está tratada de forma muy inteligente con giros puestos con cierta malicia, un tanto retorcidos. Un último giro final cierra todas las preguntas y un excepcional epilogo borda una película que se disfruta desde el primer fotograma.

Juan Carlos Medina mima cada escena, trabajadas, barrocas, buscando hacer algo nuevo, no repetirse, asombrar y epatar. Lo consigue por momentos sin escapar el rozar algunas escenas gore


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